odio los moscos
odio el calor
odio los gritos de tráfico
a las dos y media de la tarde
...
y es lo mismo
porque odio el exceso
odio el hartazgo
y odio tanto la zozobra
de soñarte a diario
con tu cuerpo montaña
con tus labios espinos
(fragmento)
10 junio 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)