Este cuento lo escribí en el 2002 dentro de la Casa del Faldón, cuando tomaba el diplomado en creación literaria de la Escuela de Escritores de Querétaro (SOGEM). Fue premiado en el concurso de literatura del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro y en el concurso Intercampus celebrado en Morelia. Espero sus comentarios.
No siento los huesos. Tal vez alguien se los llevó mientras estaba dormido; no sé para qué, mis huesos son tan chicos que no creo que le puedan quedar a alguien. Ayer mamá dijo que no volviera a venir a este bosque, los árboles son muy grandes y me puedo perder, pero a mí me gusta escalar los troncos, aplastar las hojas secas y duras del suelo y luego acostarme a ver cómo los árboles le apuntan al sol.
Desde la primera vez que vine sentí que los árboles se formaban para hacerme un camino que me llevaría muy lejos. Después murmuraban entre ellos moviendo sus hojas, yo creo que querían que me perdiera en el bosque y ya nunca volviera con mamá. Por eso siempre regresaba corriendo a mi casa cuando veía que los árboles aventaban sus hojas amarillas sobre mí.
No sé que pasará con mis huesos, seguramente fueron a buscar el camino para volver a casa y luego van a venir por mí. Ya quiero estar con mamá, debe estar bien preocupada porque no he vuelto desde en la mañana. Yo no me quería perder pero cuando regresaba a mi casa los árboles se formaron haciendo muchos caminos y ya no supe por cual irme. Me quedé de pie esperando que los árboles se cansaran de jugar a que me perdía y me dejaran regresar, pasó mucho tiempo y no se cansaron. Recuerdo que una parvada de hojas secas se acercó a mí lentamente, quise correr y mis piernas estaban dormidas, por más que les dije que se despertaran no lo hicieron. Las hojas se fueron acercando hasta envolverme, me apretaban tanto que me dormí. Nunca había dormido parado, a lo mejor mis huesos se espantaron con las hojas y se fueron a esconder dejándome en esta posición. Yo creo que van a regresar cuando vean que ya desperté.
(fragento)
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2 comentarios:
Me gusta mucho la forma en que nos llevas al lugar de la historia. Cómo describes el entorno y todo el ambiente, me hicieron sentir realmente en medio de ese bosque.
Gracias por compartirlo. Espero tu próximo relato...
Ese relato me recuerda a veces a sueños en los que corres y corres pero nomás no avanzas, como si corrieras en una caminadora, o mejor dicho, como si tuvieras los pies de atole. Logras recrear ese tipo de sensaciones de ansiedad.
Saludos.
Andrea Velázquez
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